Alexis Oliva

el fraude cordobés
Un puñado de veteranos imprenteros construyeron dos laboratorios gráficos clandestinos, donde dieron a luz millones de dólares de fabricación nacional. La pericia artesana de los entrepeneurs mediterráneos activó las alarmas del mismísimo Tío Sam, celoso guardián de la seguridad monetaria internacional. Mientras aguardan el juicio oral, son recibidos como héroes en las prisiones cordobesas, y se preparan para conducir el Banco Central de un futuro gobierno auténticamente popular.